En la casa de Mariquita,
reunidos en el salón,
de pie, muy juntitos al piano
todos escuchan con emoción
los sonidos melodiosos
de la Patria hecha canción.
Las voces se alzan vibrantes,
al mundo quieren anunciar:
Oigan mortales, el grito sagrado
¡Libertad, libertad, libertad!
Nilda Zamataro
Ver comentarios
Las poesias estan muy bonitas i me gustaron