DESARROLLO SOCIO AFECTIVO
Se inicia en el desarrollo de su autonomía: puede ponerse alguna prenda de vestir por sí solo/a, puede sostener una cuchara y llevarla a la boca cargada de comida, puede tomar agua de un vaso, puede higienizar sus manos, se reconoce en el espejo. Imita acciones cotidianas como barrer, peinarse, usar el teléfono.
Comienza a reconocer a las otras personas y las diferencia de sí mismo, logra interactuar con sus pares intercambiando objetos, tocándose, observando lo que hacen los demás. Inicia el juego paralelo.
Acepta separarse de sus cuidadores por un corto período de tiempo. Es capaz de expresar distintas emociones como tristeza, alegría, temor, desconfianza, enojo o desagrado.
DESARROLLO COGNITIVO
Sus acciones muestran intención: ya no actúa solo para responder a estímulos, sino que empieza a comprender las consecuencias de sus actos. Experimenta a través del ensayo/error.
Comienza a desarrollarse la comprensión de la permanencia de los objetos/personas (aunque un objeto/persona no esté a la vista, sigue existiendo).
DESARROLLO FISICO
Se encuentra en la etapa “deambulador” que se caracteriza por su conducta predominantemente motora. Golpea objetos entre sí que sostiene con ambas manos. Puede apilar bloques. Lanza pelotas con una mano. Toma objetos con precisión utilizando el dedo pulgar y el dedo índice.
A partir de los 18 meses se completa la agudeza visual.
Hasta los 2 años no se muestra la predominancia de una mano sobre la otra.
DESARROLLO PSICOSEXUAL
Continúa en la etapa oral, dónde el objeto de satisfacción se encuentra relacionado con el de la alimentación. Aparecen los dientes y con ellos, el placer por morder objetos blandos y duros.
DESARROLLO PSICOMOTOR
Puede sostener su peso en posición de parado, flexionando las rodillas, y mantener el equilibrio, al comienzo con ayuda y luego sin ella. Una vez dominada la acción de caminar, comienza a combinar dicha acción con otras, como voltear la cabeza o portear objetos.
A los 18 meses, logra mayor estabilidad en la marcha; puede bailar al compás de una melodía, subir y bajar escalones con ayuda, utiliza un medio para conseguir algo de su interés (empujar una silla y subirse para agarrar un objeto). Disfruta de jalar, arrastrar y trasladar objetos, con las manos y los pies. Al final de esta etapa, logra correr, saltar, patear pelotas.
LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
Se da comienzo a la etapa lingüística donde el niño o la niña es capaz de integrar o relacionar una idea con algún objeto en particular. Comprende aquellas palabras que usan en su entorno, especialmente las que designan cosas de su interés. Emite sonidos con ritmo y entonación, aproximándose a palabras ya conocidas por los adultos. Tiene un vocabulario personal y subjetivo. Aparecen las onomatopeyas (formación de una palabra por imitación del sonido de aquello que designa). Se apoya en expresiones gestuales para comunicarse porque carece de expresividad verbal. Es capaz de responder a órdenes sencillas (guardar, buscar, sentarse) y de combinar algunas palabras (ya está, no más). Se destaca el uso de la palabra “no”. Durante este período aumentará su expresión oral incorporando nuevas palabras y responderá a órdenes cada vez más complejas.
EL JUEGO
A través del juego, el niño o la niña asimila el mundo que lo rodea. Se inicia en el juego simbólico, tomando objetos cotidianos como soporte. Su conducta es egocéntrica, aunque disfruta de la compañía de otros niños (juego paralelo).
Repite acciones para ejercer su habilidad sobre los objetos (patear una pelota). Manipula masa o plastilina, puede utilizar cortantes. Puede construir con bloques, maderas o encastres (derriba y vuelve a armar).
EXPRESIÓN PLÁSTICA
A partir de los 18 meses comienza la etapa del garabateo como primer registro de la expresión gráfica. El garabato no tiene intención representativa; son simples estructuras lineales.
El garabateo desordenado consiste en trazos largos, sin sentido ni orden, generalmente dan lugar a dos tipos de garabatos: longitudinales y circulares. El niño aún no tiene control visual.