El ratoncito escobilla
vivía cerca de un parque,
en su casita amarilla,
detrás de los rosales.
Es un ratón barrigudo,
con una tierna sonrisa,
un gran hocico peludo
y una cara divertida.
Todas las mañanas,
al salir el sol,
toma su escobita
y empieza su labor.
Barre por aquí,
barre por allá,
todas las hojitas
ha de acumular.
Pues llegó el otoño
y los arbolitos
pierden las hojitas
poquito a poquito.
Siempre hay papeles
para recoger,
cáscaras de pipas,
cáscaras de nuez.
Bolsas, chucherías
Y, alguna que otra vez,
Unas basurillas
No se sabe bien de qué.
Los perritos ensucian,
los niños también
y algunos mayores
ensucian por tres.
Pero el ratoncito,
que es trabajador,
limpia que te limpia
con satisfacción.
¡Oh, qué hermoso parque!
dice todo el mundo
¡Esto es un tesoro, una maravilla!
El verdor del césped,
las flores tan lindas
¡Todo, todo, todo, gracias a Escobilla!