Salgo de casa y en la vereda
las hojas crujen bajo mis pies,
el sol se esconde más tempranito,
voy abrigado, hace frío otra vez.
¡Es el otoño!, me dice el viento
mientras levanta las hojas del suelo
y lleva en alto mi barrilete
hasta que se hace un puntito en el cielo.
Los arbolitos se desvistieron,
gorro y bufanda para el jardín,
los pajaritos se fueron lejos,
es que el verano llegó a su fin.
Leonardo Antivero