En 1825, San Martín escribió las Máximas para su hija Merceditas, donde establece cuáles eran sus ideales educativos:
. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos.
. Inspirarla amor a la verdad y odio a la mentira.
. Inspirarla a una gran Confianza y Amistad, pero uniendo el respeto.
. Estimular en Mercedes la Caridad con los Pobres.
. Respeto sobre la propiedad ajena.
. Acostumbrarla a guardar un Secreto.
. Inspirarla sentimientos de Indulgencia hacia todas las Religiones.
. Dulzura con los Criados, Pobres y Viejos.
. Que hable poco y lo preciso.
. Acostumbrarla a estar formal en la Mesa.
. Amor al Aseo y desprecio al Lujo.
. Inspirarla amor por la Patria y por la Libertad.
San Martín tenía 45 años cuando redactó estas máximas cargadas de valores que deseaba transmitirle a su hija, por quién sentía una profunda responsabilidad en relación a su formación académica y crianza.
Se destacan el amor y el respeto, la verdad y la confianza, la dulzura y la solidaridad, además de enfatizar en el patriotismo y la libertad como emblemas que acompañen en el camino de su vida.
Años más tarde, Merceditas implementaría estas máximas con sus dos hijas, en conmemoración de su padre.