Un conejito saltarín
con la Pascua ya llegó
y una canasta con sorpresas
para mí, el dejó.
Dentro de la canasta
había un huevo reluciente,
envuelto en un papel
de celofán transparente.
Un huevo de chocolate
decorado con dos flores,
que en su interior tenía
sorpresas de mil colores.
Juguetes, caramelitos,
también confites de anís,
es una tradición dulce
que me hace muy feliz.
-Leonardo Antivero-