Mi hija tiene hipersensibilidad (parte 1)

Hace poco descubrí que mi hija del medio, mi medianita, como suelo llamarla, tiene hipersensibilidad táctil con un desorden en el sistema vestibular y propioceptivo (¿QUÉ?). Si, así se llama; es decir que su umbral sensitivo es increíblemente alto y no logra procesar de manera organizada todos los estímulos que recibe del entorno y responder adecuadamente a ellos.

¿Por qué digo que “tiene” hipersensibilidad?

Porque, como cada persona en este mundo, todos tenemos talentos que nos hacen únicos y nos diferencian de otros.

Cada condición es como un don especial con el que debemos aprender a convivir y “usarlo” a nuestro favor.

Puede ser que una persona introvertida o muy tímida, crea que esa condición es negativa en su vida, ya que le trae problemas para hacer amigos nuevos fácilmente o le provoca tartamudez o se sonroje en situaciones de estrés; en ese caso puede acudir a profesionales que le brinden herramientas para sobrellevar esos momentos sociales que generan angustia.

Pero ser introvertido también tiene sus ventajas, como actuar de manera precavida y observar cada escena antes de sumergirse de manera impulsiva, ser reflexivos, no exponerse tanto a la opinión ajena, tener mayor sensibilidad y capacidad de escucha, y generar empatía ante los demás.

Cada uno de nosotros tenemos características/condiciones que, en parte, nos hacen ser quienes somos y contribuyen en la formación de nuestra personalidad, esa que vamos moldeando desde muy pequeños y va mutando según las circunstancias que nos toque atravesar.

Loli tiene hipersensibilidad y ese es su súper poder.

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