Somos arte. Somos libres

Lo que más me gusta del arte es la infinidad de posibilidades que tiene, su libre interpretación, donde los límites quedan tan lejos que casi no se ven y el campo exploratorio va creciendo con cada persona que se anima a jugar a ser artista por un rato.

Arte es sentir. Es bailar a nuestro propio ritmo. Es mirar con los ojos del alma. Es emocionarnos. Es conectar con otros y con nosotros.

Incursionar a niños y niñas en el arte es la mejor manera de enseñar a través del propio disfrute.

Enseñar arte desde un lugar de respeto, de ternura compartida, desde una mirada cuidadosa, validando sus procesos, ayudará a los niños a cultivar su autoestima y autodescubrimiento.

A través del arte enseñamos a ver el mundo para conocerlo, para disfrutarlo y para cambiarlo si es necesario.

El arte nos hace libres. Nos saca de la rutina. Nos invita a jugar, a equivocarnos. Nos hace creer en nosotros mismos.

Arte es descubrirse y descubrir al otro. Es comunicarse con el entorno por medio de nuestros sentidos. Es abrir ventanitas hacia nuevos universos. Es asombro.

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