Trato de buscar la manera de que los dibujos de mis hijas y de mi hijo no queden guardados en un cajón.
Les encanta dibujar y pintar y yo considero que es de las actividades que más los relaja y conecta con sus pensamientos, así que les brindo esa posibilidad siempre que quieran hacerlo.
Generalmente esos dibujos tienen un destinatario al que se lo dedican y regalan.
Pero otras veces deciden explayar su arte en hojas que terminan dando vueltas por toda la casa hasta que las guardo en el “el cajón de los dibujos perdidos” a la espera de saber qué hacer con ellos.
Hace unas semanas nos pusimos creativas y decidimos renovar los lapiceros utilizando unas latas recicladas y un mural que habían pintado los tres juntos con témperas.
Cuando utilizamos sus producciones para decorar, envolver regalos o forrar cuadernos, por ejemplo, estamos validando lo que hacen y haciendo visible su arte.
Les demostramos lo mucho que nos importan sus creaciones y que merecen ser expuestas, tal como si fuera una obra importante de algún pintor famoso.
Además de reciclar y darle un nuevo sentido a las latas que teníamos guardadas, pudimos armar un lindo sector dónde guardar sus útiles y dar un buen uso a una hermosa pintura, además de fomentar la confianza y valía en ellos mismos.
“La confianza en uno mismo es el primer secreto del éxito”.- Emerson