Poesía: Una abeja diferente

La abeja Fortunata
es un poco rara,
no hace miel,
hace dulce de batata.

No vive en la colmena,
tiene su propia casa,
no quiere ser reina
ni tampoco esclava.

No anda por los jardines
toda despeinada
buscando polen de flores,
lo compra en la farmacia.

Con un pobre zángano
ni sueña estar casada,
prefiere ser solterona,
solita y liberada.

En la sociedad de la colmena
su conducta hizo revuelo,
hablan pestes sobre ella,
la dejaron por el suelo.

Ahora la abeja Fortunata
tiene pedido de captura
por ser “obrera rebelde,
feminista y caradura”.

Vilma Novick Freyre

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